viernes

Luca

Sigma se acercó más a él al notar que lo perdía, que Luca se estaba ahogando en un mar de locura y desesperación. Lo rozó con sus dedos gélidos y le susurró palabras tranquilizadores al oído para traerlo de vuelta al mundo real, o quizás para alejarlo de él.
-Te quiero- volvió a susurrarle al oído, intentando calmarlo como hacía siempre, pero con palabras que hasta ahora, nunca había dicho.
Luca cerró los ojos e imaginó, por unos momentos, que la voz que susurraba esas palabras era la voz de Ciara, y que aquellos dedos eternamente helados que deseaban traerlo de vuelta, también eran los de ella; nunca más cálidos y fuertes, porque la muerte se los había arrebatado.

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